Urban Shamanism

Constant prayers and offerings

This weekend we had a magnificent Full Moon in Virgo and, in my case, it was an opportunity to reorganize priorities, review memories and mightily reflect the energy of Neptune in Pisces, meaning boundless Magic. Virgo is that same magical energy, but seen from the perspective of method, disaggregation and ceremony, in short, any set of individual actions arrayed in patterns with specific purposes.

Most people associate the words "prayer" and "offering" exclusively with religious or spiritual contexts, but what I have discovered in my process is that these concepts have a much more pragmatic and everyday nature. Everything we think about and say even if we do not realize it, is a form of prayer or decree; all energy we invest on our actions is a payment or offering. The cycles that we experience in our daily life can therefore be seen as rituals. This point of view has allowed me to see all circumstances and events in a much broader scope, for it sublimates every minute, elevating it in meaning and deepening it.

Another important effect of this perspective is that it slowly dissolves moral polarities, such that experiences are no longer "good" or "bad", only necessary parts of the process that bring us closer to whatever we have to extract from each situation. This greatly facilitates acceptance and gratitude, which are crucial attitudes to be able to flow in the Now.

Plegarias y ofrendas constantes

Este fin de semana tuvimos una magnífica Luna Llena en Virgo y, en mi caso, fue una oportunidad para reorganizar prioridades, revisar memorias y reflejar potentemente la energía de Neptuno en Piscis, es decir, la Magia sin fronteras. Virgo es esa misma energía mágica, pero vista desde la perspectiva del método, la disgregación y la ceremonia, es decir, todo conjunto de acciones individuales ordenadas en patrones con propósitos específicos.

La mayoría de la gente asocia las palabras "plegaria" y "ofrenda" exclusivamente a contextos religiosos o espirituales, pero lo que he descubierto en mi proceso es que estos conceptos tienen un carácter muchísimo más pragmático y cotidiano. Todo lo que pensamos y decimos incluso sin darnos cuenta, es una forma de plegaria o decreto; toda energía que invertimos en nuestras acciones es un pago u ofrenda. Los ciclos que experimentamos en nuestra vida diaria se pueden ver, por ende, como rituales. Este punto de vista me ha permitido ver toda circunstancia y evento con una amplitud mayor, pues sublima cada minuto, lo eleva en significado y lo profundiza.

Otro efecto importante de esta perspectiva es que va diluyendo las polaridades morales, de tal manera que las experiencias ya no son "buenas" o "malas", sólo partes necesarias del proceso que nos acercan a lo que sea que tengamos que extraer de cada situación. Esto facilita muchísimo la aceptación y el agradecimiento, que son actitudes cruciales para poder fluir en el Ahora.