Urban Shamanism

Mindfulness with technology

I don't have a Night Rune today because I spent the last hours of the day carrying out a ritual with the energy of the eclipsed Full Moon along with my friend Rebeca who lives in Argentina. In the ritual I used four Runes from my first set and five from my current set, which I left beside my bed through the entire night, so there was no point in extracting one for sleep. Rebe and I do this regularly for almost two years on each New and Full Moon, although it's typically much more passive that last night's experience. The original goal was to elevate a prayer for the oppressed and the sick in our personal context, but it ended up being a lot more than that. After my second visit to my dentist, who opened up about her grief for the death of her partner two years ago, I spent the afternoon restless and confused, so I took advantage of the ritual to ask for guidance and company from my parents, my ancestors and various ascended entities; I also asked my friend to lead the ritual, which is difficult for her due to trust issues, proposing that this time, instead of the passive meditation that we usually do, we should have a more active session where we kept in constant touch.

The result was a completely aware conversation through WhatsApp in which we described to each other what was happening to us: tension in the body, visualized images, energy messages, emotions and sensations. I've never been so present while using a cellphone, it was pretty powerful. All of the invocations were successful, the information was quite precise and the connection between us, always very high, reached unprecedented levels to the point that several times we saw and felt the exact same thing simultaneously. Reviewing the past we discovered how far back our ancestral history goes, that we've loved and respected each other for countless generations, that our connection has been crucial for each other's evolution and much more. We were a couple over a decade ago and some sexual energy emerged that made us both feel uncomfortable, so we had to work that out. She referred to an episode years ago where I yelled at her and I asked her for forgiveness not just for that one time but all other times, and not just for me but for all the men who trespassed her space at some point. Together we faced shadows and perceived lots of pain in others, we summoned Light and Healing upon all of that and, of course, specifically upon the people we love and who're currently sad, lonely and weak.

The general process took three hours, but after we logged off I continued for one more hour and kept receiving messages that cleared up many things for me. I ended up profoundly strengthened and inspired, with renewed impetus and many ideas to explore, but I think one of the main revelations was being able to maintain a whole energetic work in constant communication with another person at long distance, proof that it's possible to be in the Now even while actively using a technological interface, a learning that we can now develop in full.

Consciencia con tecnología

Hoy no tengo una Runa nocturna porque pasé las últimas horas del día realizando un ritual con la energía de la Luna Llena eclipsada junto a mi amiga Rebeca quien vive en Argentina. En el ritual usé cuatro Runas de mi primer set y cinco de mi set actual, que dejé durante toda la noche al lado de mi cama, así que no tenía punto extraer una para el sueño. Rebe y yo hacemos ésto de forma regular desde hace casi dos años en cada Luna Nueva y Llena, aunque por lo general es mucho más pasivo que la experiencia de anoche. El objetivo original era elevar una plegaria por los oprimidos y los enfermos en nuestro entorno personal, pero terminó siendo muchísimo más que eso. Luego de mi segunda visita a mi dentista, quien se abrió sobre su pena por la muerte de su pareja hace dos años, pasé la tarde inquieto y confundido, así que aproveché el ritual para pedir guía y compañía a mis padres, mis ancestros y varias entidades ascendidas; también le pedí a mi amiga que liderase el ritual, algo que le cuesta por temas de confianza, proponiéndole que esta vez, en lugar de la meditación pasiva que estamos acostumbrados a realizar, tuviésemos una sesión más activa en la que nos mantuviésemos en comunicación constante.

El resultado fue una conversación totalmente consciente por WhatsApp en la que describíamos lo que nos estaba ocurriendo: tensión en el cuerpo, imágenes visualizadas, mensajes energéticos, emociones y sensaciones. Nunca había estado tan presente al usar un celular, fue muy poderoso. Todas las invocaciones fueron exitosas, la información fue muy precisa y la conexión entre nosotros, que siempre es muy alta, alcanzó niveles sin precedentes a tal punto que varias veces vimos y sentimos exactamente lo mismo simultáneamente. Revisando el pasado descubrimos cuán larga es nuestra historia ancestral, que nos hemos amado y respetado por incontables generaciones, que nuestra conexión ha sido crucial para la evolución de cada uno y muchísimas más cosas. Fuimos pareja hace más de una década y surgió una energía sexual que nos hacía sentir incómodos a los dos, así que tuvimos que trabajarla. Me hizo referencia a una vez en que le grité hace años y le pedí perdón no sólo por esa vez sino por todas, y no sólo por mí sino por todos los hombres que alguna vez han transgredido su espacio. Juntos enfrentamos sombras y percibimos mucho dolor ajeno, invocamos Luz y Sanación sobre todo eso y, por supuesto, específicamente sobre las personas que amamos y que se encuentran tristes, solas y débiles ahora.

El proceso general tomó tres horas, pero luego de desconectarnos yo continué por una hora más y seguí recibiendo mensajes que me aclararon muchos asuntos. Terminé profundamente fortalecido e inspirado, con renovados ímpetus y muchas ideas por explorar, pero creo que una de las principales revelaciones fue poder mantener todo un trabajo energético en comunicación constante con otra persona a distancia, prueba de que es posible estar en el Ahora incluso mientras se usa activamente una interfaz tecnológica, un aprendizaje que ahora podemos desarrollar a plenitud.